Conan, capturado por unos horrendos trols, hijos todos ellos de una amorosa bruja marina, consigue matar a la prole y escapar. Luego, el cimmerio parte hacia el campamento de los kozaks con Taraslan, el hijo mayor del caudillo de los nómadas, y con la experta guerrera Oksana. Ellos tres son los únicos supervivientes de una emboscada. Entretanto, una aparición fantasmal busca al bárbaro siguiendo el rastro de sangre y muertes que este deja a su paso…
En la que parece una playa desierta, Conan y sus camaradas encuentran varios esqueletos de olor nauseabundo y aspecto inquietante dispuestos a modo de tótem. Casi de inmediato, un grupo de guerreros turanios les tienden una emboscada.
Mientras el cimmerio está preocupado por despachar a los turanios, dos monstruosos trols salen del mar —invocados con ayuda de los tótems— y uno de ellos le atiza un golpe brutal en la cabeza al bárbaro. Acto seguido, los trols se lo llevan a su guarida, donde les espera su madre…
Taraslan, incapaz de vengar a su padre porque está herido, permite que sea Conan quien actúe en su nombre, y este enseguida hace prisionero a Kyrylo debido a que la despreciable traición del hermano pequeño queda al descubierto frente a toda la tribu. El joven Taraslan, no obstante, apenado por la muerte de su padre y por lo que está pasando últimamente, le perdona la vida a su hermano… aunque enseguida se arrepiente de haber sido tan magnánimo pues, con ánimo de escapar, Kyrylo vuelve a hacer otro pacto con el demonio con el que está en tratos. Taraslan hace un esfuerzo por ser quien detenga a su hermano, pero no consigue hacerse con la situación…